La contaminación acústica es «el exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona». El ruido puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla de manera adecuada.

El término contaminación acústica hace referencia al ruido (sonido excesivo y molesto) provocado por las actividades humanas que produce efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de los seres vivos. La contaminación atmosférica afecta en mayor medida a la salud de los ciudadanos sin ser realmente consciente de ello.

El sistema auditivo se resiente cuando se expone de manera prolongada a un sonido excesivo. En este caso los daños producidos no son permanentes y a los 10 días desaparecen.

Un sonido repentino también es perjudicial (por ejemplo una explosión o un disparo) puede perforar el tímpano o causar lesiones irreversibles.

La OMS ha declarado que el ruido tiene efectos negativos tantos físicos como psicológicos sobre la salud. Los ruidos superiores a los 80 dB pueden provocar dolor de cabeza, alteración del sueño, estrés, fatiga …

La contaminación acústica puede provenir de diferentes fuentes por ejemplo de, actividades industriales (industrias mineras, transformación y fabricación de metales …), transporte (son  los que más contaminación acústica generan en las ciudades), construcción y hábitos sociales.

Para evitar la contaminación acústica, se aconseja el aislamiento en las viviendas (utilizando aislantes en los muros y las ventanas), el uso de barreras acústicas (solicitando a los ayuntamientos su instalación) o el uso de tapones (muy efectivos para combatir los ruidos, se adaptan al conductivo auditivo perfectamente).

En Audires le informamos, sin compromiso, de los tapones antiruido, de sus características y de cómo obtener el mayor beneficio con ellos.